Liverpool FC 1-0 Chelsea FC (4-1 por penaltis)
Liverpool: Reina; Carragher, Agger, Finnan, Riise; Mascherano (Fowler), Gerrard, Pennant (Xabi Alonso), Zenden; Kuyt, Crouch (Bellamy).
Chelsea: Cech; Ferreira, Terry, Essien, Ashley Cole; Makelele (Geremi), Mikel, Kalou (Wright Phillips), Joe Cole (Robben); Lampard; Drogba.
Sigo al Chelsea desde hace unos años, sobre todo en la era en que los Pier Luigi Casiraghi, Vialli o Tore André Flo jugaban en punta. Y más aún cuando Joe Cole y Lampard llegaron jovencitos del West Ham, tras haber ganado el equipo de Fulham Road la Recopa con un solitario gol de Zola en 1998. Pero con la llegada de Abramovich, un equipo que era el cuarto en su ciudad y que no pasaba del octavo puesto en liga comenzó a escalar posiciones gracias al dinero del magnate ruso. Pero lo que no previó fue que el dinero no lo compra todo. Puede conseguir grandes futbolistas que te hagan competir por todos los títulos, puede traer al entrenador revelación que con poco fútbol hizo conquistar una Champions al Oporto. Sin embargo, no es lo único que se necesita para ganar, porque el empeño y la pasión son fundamentales en este deporte. Algo que al Liverpool le sobra.
La afición de los reds hace que el fútbol que sale de las botas de los jugadores del equipo de Benítez se convierta en una auténtica estampida al ataque, por lo menos en esta Copa de Europa. Le da igual tener enfrente al reciente campeón, como a uno de los equipos más en forma de las últimas tres temporadas. Porque aunque no haya jugadas espléndidas, la afición contagia al equipo, y el equipo se anima y hace lo propio con la afición. Es una simbiosis con un engranaje tal, que deja boquiabierto a todo el que se sienta delante del televisor a ver un partido que no le interesa demasiado, simplemente porque es una semifinal continental. Gerrard, Kuyt, Reina, Carragher, Mascherano... todos se han metido en el papel del superhéroe que quieren ganar al villano, y lo han conseguido. Tarde o temprano el juego te da la razón, y parece que el Liverpool en ésto es un experto. Una última cosa: si el Manchester pasa, ojito con los de Ferguson, porque éstos si que le dan bien a la pelota. PD 2: Acabo de ver que el primer partido entre ambos clubes (de los primeros que el Chelsea jugó) terminó con victoria aplastante por 4-0 de los blues (importante poner algo de nota histórica).
Liverpool: Reina; Carragher, Agger, Finnan, Riise; Mascherano (Fowler), Gerrard, Pennant (Xabi Alonso), Zenden; Kuyt, Crouch (Bellamy).
Chelsea: Cech; Ferreira, Terry, Essien, Ashley Cole; Makelele (Geremi), Mikel, Kalou (Wright Phillips), Joe Cole (Robben); Lampard; Drogba.
Sigo al Chelsea desde hace unos años, sobre todo en la era en que los Pier Luigi Casiraghi, Vialli o Tore André Flo jugaban en punta. Y más aún cuando Joe Cole y Lampard llegaron jovencitos del West Ham, tras haber ganado el equipo de Fulham Road la Recopa con un solitario gol de Zola en 1998. Pero con la llegada de Abramovich, un equipo que era el cuarto en su ciudad y que no pasaba del octavo puesto en liga comenzó a escalar posiciones gracias al dinero del magnate ruso. Pero lo que no previó fue que el dinero no lo compra todo. Puede conseguir grandes futbolistas que te hagan competir por todos los títulos, puede traer al entrenador revelación que con poco fútbol hizo conquistar una Champions al Oporto. Sin embargo, no es lo único que se necesita para ganar, porque el empeño y la pasión son fundamentales en este deporte. Algo que al Liverpool le sobra.
La afición de los reds hace que el fútbol que sale de las botas de los jugadores del equipo de Benítez se convierta en una auténtica estampida al ataque, por lo menos en esta Copa de Europa. Le da igual tener enfrente al reciente campeón, como a uno de los equipos más en forma de las últimas tres temporadas. Porque aunque no haya jugadas espléndidas, la afición contagia al equipo, y el equipo se anima y hace lo propio con la afición. Es una simbiosis con un engranaje tal, que deja boquiabierto a todo el que se sienta delante del televisor a ver un partido que no le interesa demasiado, simplemente porque es una semifinal continental. Gerrard, Kuyt, Reina, Carragher, Mascherano... todos se han metido en el papel del superhéroe que quieren ganar al villano, y lo han conseguido. Tarde o temprano el juego te da la razón, y parece que el Liverpool en ésto es un experto. Una última cosa: si el Manchester pasa, ojito con los de Ferguson, porque éstos si que le dan bien a la pelota. PD 2: Acabo de ver que el primer partido entre ambos clubes (de los primeros que el Chelsea jugó) terminó con victoria aplastante por 4-0 de los blues (importante poner algo de nota histórica).