En Vigo hablan de escándalo arbitral. En Madrid de 3 puntos que saben a gloria. Y la verdad es que ni uno ni otro tienen motivo para hacer de sus ideas un fortín. El Celta dominó de principio y a fin y creo un sin-fín de oportunidades que no supo aprovechar, todo lo contrario que el Real Madrid, que con un juego pésimo, de los peores de la temporada, consiguió llevarse al Bernabeu 3 puntos vitales, que tan solo servirán, si sirven, para entrar en Europa la próxima campaña.
Inauguró el marcador Ruud Van Nistelrooy en el minuto 17 de la primera parte tras un discutido penalti, pero dos minutos antes del descanso, Angel, tras una gran jugada de Nené, aprovechó su oportunidad para poner el empate en el marcador. La segunda parte fue un completo monólogo del equipo celeste. Encadenó una llegada tras otra, pero eso sí, sin éxito alguno. Fue Robinho el que se encontró con el gol, y nunca mejor dicho, tras un mal rechace del portero Pinto y puso el definitivo 1-2 en el marcador.
En definitiva, otro partido más en el que demuestra que la suerte no es de quien la busca.
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